miércoles, 14 de septiembre de 2011

Considerar el sincpe vasovagal.

Muchos lo considran como algo muy dificil de manejar pues lo que tienen que vivir dia adia no es nada facil... debido a tantas injusticias en el mundo que afectan a las personas de una manera u otra...
 pero el saber que no es una enfermedad, te consuela saber que tu puedes luchar por tener una mejor calidad de vida ya que esto depede es de ti....no de los demas tu exito esta es en ti y solo depende de ti que te puedas mejorar.

Quienes lo padecen...?

El paciente con síncope vasovagal repetitivo que viene precedido de síntomas, debe también conocer algunos métodos que intentan yugular la crisis y evitar la pérdida de conciencia. Si comienza a notar mareo o debilidad generalizada, u otro síntoma premonitorio, lo más efectivo es tumbarse y elevar las piernas, pues de esta forma aumenta el flujo cerebral inmediatamente. Como la intención es siempre derivar la sangre desde los miembros a la cabeza, también es útil cruzar las piernas y apretarlas, flexionar los brazos y apretar los puños o ponerse en posición de cuclillas. Por último, si el paciente pierde la conciencia, las personas que lo acompañan deben tumbarlo y levantarle las piernas y esperar a que se recupere totalmente, lo que suele llevar sólo unos pocos minutos. Es frecuente observar como, cuando una persona sufre una lipotimia en la calle o en algún establecimiento público, los que intentan ayudar la levantan enseguida y la ponen de pie. Esto es un grave error, pues al incorporarala, se reduce aún más el flujo hacia la cabeza y la pérdida de consciencia se prolonga.

Desmayo y síncope están entre los fenómenos médicos más frecuentes y prácticamente todos los adultos han experimentado algunos síntomas presincopales, sino un ataque de síncope totalmente desarrollado, lo han observado en otras personas. El síncope vasovagal es el más común de los síncopes. La incidencia del síncope de origen desconocido, en algunos reportes, es hasta el 47 %. La pérdida de conciencia puede ser causada por muchos trastornos, en su mayoría de origen benigno, tal como la reacción vasopresora, que es la más frecuente y no recurrente; sin embargo, en una proporción pequeña de casos, el síncope puede ser causado por un trastorno que tenga peligro para la vida como en la taquirritmia ventricular y ser premonitorio de muerte súbita. El mecanismo más frecuente del síncope es el reflejo bradicárdico. El estudio del síncope constituye un problema complejo que requiere de una guía clínica que lo racionalice. No hay evidencia de la utilidad diagnóstica de las pruebas de neuroimagen, electroencefalograma o estudios vasculares en los pacientes con síncope, cuando no hay signos de focalidad neurológica. La prueba de mayor rentabilidad diagnóstica en el estudio de los pacientes con síncope de causa no aclarada es la mesa basculante. Se deben remitir los casos con síncope al neurólogo solo cuando existan signos de disfunción focal neurológicos, o si hay duda de que se trate de crisis epilépticas o cuando la valoración por el cardiólogo, incluido estudio de mesa basculante, es negativa.
El término síncope, del griego synkope, significa literalmente cese, interrupción o pausa repentina. Se ha definido como la pérdida súbita, brusca, breve y transitoria del estado de conciencia, con incapacidad para mantenerse en pie, ausencia del tono postural y recuperación espontánea.1 Se trata de un problema médico frecuente, incapacitante, potencialmente grave y de difícil diagnóstico. En su producción se halla implícito una disfunción breve de reflejos cardiovasculares vasodepresores con disminución del metabolismo cerebral, como consecuencia de la deprivación de sustancias energéticas esenciales. En pacientes mayores de 50 años sin manifestaciones clínicas que sugieran enfermedad cardíaca, neurológica o sintémica, el síncope benigno es aún la causa más común de pérdida breve inexplicable de la conciencia.2-8 A pesar de ser un problema frecuente de salud, realmente no ha recibido suficiente atención, en especial en Cuba, con muy escasa o ninguna publicación.9 Desde hace varios años un grupo de especialistas del Departamento de Investigaciones Básicas de Acupuntura del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay" dedica su atención al síncope. El objetivo de la revisión de este tema es contribuir, con la experiencia acumulada, a su mejor manejo por parte de todos los médicos y, en especial, del médico general integral e iniciar el camino de futuras publicaciones sobre los resultados obtenidos en nuestras investigaciones.10

Con frecuencia se remiten los pacientes con síncope al neurólogo, en especial, por los médicos de la atención primaria, práctica que supone, por lo general, una mala utilización de recursos materiales y humanos y un retraso en la realización de estudios cardiológicos de mayor rentabilidad diagnóstica si tenemos en cuenta que las causas neurológicas del síncope, si excluimos las crisis epilépticas, son infrecuentes.8 Su incidencia varía desde menos del 1 % a más del 20 % según la población que se estudie; puede constituir hasta el 1 % en admisiones hospitalarias y hasta el 3 % de las consultas de servicios de urgencia. El síncope vasovagal es frecuente y puede ocurrir en cualquier individuo, ya sea joven, cuando se dan las condiciones para su desarrollo.

Probablemente la mitad de la población sufre al menos un episodio durante su vida. Sin embargo, en otras personas puede ser recurrente y causar lesiones, restricción de la actividad cotidiana y ansiedad crónica, y en una proporción pequeña de casos puede ser provocado por un trastorno peligroso para la vida como la taquirritmia ventricular y ser premonitorio de muerte súbita.

Puede manifestarse en ataques agrupados. Generalmente hay historia de episodios previos. Los ataques sincopales se han clasificado según su duración en 3 tipos: a) ligero: se describe como mareo; b; moderado: caracterizado por la pérdida de conciencia durante unos pocos segundos y c) severo: en el cual puede progresar a crisis convulsiva, donde la anoxia cerebral persiste por más de 10 a 15 s. Para algunos autores el primero sería presíncope. A pesar de que el síncope vasovagal o vasodepresor no es causa directa de muerte, su frecuente asociación con trauma severo y su recurrencia, en ocasiones, trastorna significativamente la calidad de vida de los afectados. Es el más común de los síncopes y se presenta siempre cuando el paciente está en posición erguida y puede ser prevenido o aliviado con la posición de acostado. De hecho, debe considerarse que acostado un síncope indica una afección cardiovascular o neurológica grave en tanto no se demuestre lo contrario.6-8,11

Fisiopatología. Mecanismo del síncope

Se ha planteado en el síncope 3 causas fundamentales: un trastorno, mediado por vía nerviosa, del tono simpático y actividad vagal excesiva que dan por resultado bradicardia; una dificultad en la inervación simpática de los vasos sanguíneos que produce hipotensión ortostática o bien, cardiopatías (arritmias, entre otras) con bajo gasto.8-11

El síncope vasovagal produce una de las respuestas de vasodilatación más poderosa en los humanos. Se supone que el acontecimiento inicial es una brusca vasodilatación, particularmente de las arteriolas intramusculares, causada por una fuerte emoción o una lesión física. La resistencia vascular periférica disminuye y la presión arterial desciende. La función cardíaca no logra alcanzar la esperada alza que normalmente tiene lugar en la hipotensión. Entonces puede haber estimulación vagal (de ahí el término "vasovagal") que provoca una marcada bradicardia, con caída ulterior de la presión sanguínea. La inconsciencia y la palidez se deben a un inadecuado aporte de sangre al cerebro y a las estructuras extracraneales. La relajación de los vasos arteriales de resistencia tiene una función menor. La interrupción transitoria del flujo sanguíneo al cerebro causa pérdida del estado de conciencia en un lapso de 8 a 10 s y cuando la presión arterial sistólica cae por debajo de 70 mmHg, aparece el síncope. Se pierde la conciencia cuando disminuye el flujo sanguíneo cerebral general al 40 % de lo normal. Esta disminución suele indicar una caída del gasto cardíaco del 50 % o más y disminución de la presión arterial media en posición erecta a menos de 40 ó 50 mmHg. Como los factores gravitatorios contribuyen de manera importante al deterioro del retorno venoso, el desmayo por alteración del llenado del corazón derecho casi siempre ocurre en la posición erecta o, en ocasiones, sentado. El síncope de cualquier causa es mucho más común sentado o de pie que acostado. Se ha reportado una respuesta neurohumoral anormal con los cambios de posición con elevación significativa de la actividad de la renina plasmática y de aldosterona en pacientes que desarrollan síncope en comparación con sujetos controles.8-15.


 





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